La
asignatura de PRACTICUM de Investigación y Diagnóstico fue nuestra primera toma
de contacto con el exterior del contexto universitario. A nuestro grupo le tocó
la Asociación del barrio de Puerta de Cuartos, que es uno de los barrios más
antiguos de Talavera.
Empezamos
investigando en la Asociación de Vecinos, hablando con las dirigentes, Lali y
Belén, con la trabajadora social que se ubicaba en el mismo centro, la
población habitante, así como los informantes clave y distintas fuentes
bibliográficas.
Con
esto, nos encontramos con un barrio envejecido, afectado por el desempleo, en
el que la población protestaba acerca del cierre de pequeños comercios a causa
de la apertura de grandes superficies. Además había una alta tasa de
analfabetismo debido a las elevadas edades de la población, que no habían
tenido nunca oportunidad de estudiar (12% tenía el graduado escolar y un 1%
título universitario), por lo que el temor acerca de la extinción de los
pequeños comercios familiares se hace evidente de cara a un nuevo trabajo. La
población actual del barrio se encontraba formada por unos 7.000 habitantes en
la actualidad.
Los
vecinos del barrio tenían la sensación de falta de cohesión e intereses comunes
entre los vecinos de “toda la vida” y los nuevos vecinos que comenzaban a vivir
en el barrio (a esto haremos referencia más tarde, para decir una de las
potencialidades que tiene el barrio en cuanto a los estudiantes que viven en
él), hacían referencia también a las molestias acerca de la existencia de
un bloque de viviendas ocupadas ilegalmente en la zona de la Algodonera, del
cual no nos puedo dar más información porque nadie se había acercado allí.
A raíz
de una entrevista con la trabajadora social de la Asociación Ruiz de Luna de
Puerta de Cuartos, se nos informó de la existencia de 20 casos de absentismo
escolar en la zona, acerca de los cuales la profesional no nos pudo dar más
información porque no había investigado ni observado las distintas situaciones
del barrio en su realidad viva.
Tras
esto hablamos con la trabajadora social (se
va turnando) de los distintos centros escolares (Federico García Lorca,
San Juan de Dios y San Ildefonoso) que nos informaron sobre la
relación de estos informes de absentismo escolar con niños de etnia gitana.
Gracias
a un compañero nuestro, David Lara, descubrimos que el bloque de viviendas de
protección oficial estaba habitado por personas de etnia calé.
Con
esto, comenzamos a unir sucesos y decidimos acercarnos al bloque de viviendas
para observar y hablar con algún vecino. La predisposición y colaboración de la
comunidad de vecinos y el presidente fue magnífica, nos ayudaron a recabar toda
la información que necesitábamos en cuanto a los casos de absentismo y
desescolarización en la comunidad. Con todos estos factores, encontramos
finalmente factible y necesaria la intervención en el bloque de viviendas, para
trabajar con los casos de absentismo y desescolarización de los niños de etnia
gitana.
La
problemática de la que nos estamos ocupando es multifactorial, por lo
que no podemos identificar un solo factor que desencadene todo. (A pesar de que todo se iniciase con la
problemática del absentismo escolar).
Basándonos
tanto en la visión del colectivo calé residente en el bloque de viviendas de la
Algodonera, como en los datos obtenidos de la trabajadora social de los
colegios Federico García Lorca, San Juan de Dios y San Ildefonoso,
observamos la existencia de incomprensión entre los niños de etnia gitana y los
niños de etnia paya, los cuales se ven diferentes a los otros, generando
una brecha de diferencia cultural entre ambos grupos. Esto es producto de la
cultura que es inculcada en los espacios cotidianos del colectivo calé y payo
basada en prejuicios y estereotipos.
Por
otra parte, las familias gitanas se sienten incomprendidas y
desesperanzadas hacia los centros educativos. Desde el colegio a menudo se cita
a los tutores del menor para hablar sobre el problema concerniente al niño, sin
embargo, muchas familias no acuden por ese sentimiento de incomprensión, ya que
sienten que el centro educativo no entiende sus valores, su trayectoria
vital, sus recursos y en definitiva, su cultura y todo lo que ella conlleva,
así como el malestar de sus hijos en el centro educativo, al enfrentar diversos
actos discriminativos.
Este
sentimiento del colectivo gitano está correctamente fundamentado en muchos de
los casos.
Los
hechos expuestos anteriormente generan una incomodidad entre los niños
que acuden al colegio, dando pie a situaciones discriminatorias y por
tanto de exclusión hacia la minoría, en este caso el colectivo gitano.
El conflicto de
culturas hace sentir desprotegidos a los niños pertenecientes a la etnia
gitana respecto del resto de niños payos. La consecuencia de esto es que
los niños de etnia gitana se sientan incómodos y envueltos en una situación
de desconfianza hacia la institución educativa. Adicionalmente, el aliento
de los progenitores hacia la no escolarización, o a entender y permitir que los
menores no quieran ir al centro educativo genera malos resultados
académicos, absentismo escolar e incluso en algunos casos tomando otras
experiencias como referencia, la desescolarización de otros muchos niños.
Llegados a este punto,
si ampliamos nuestras miras hacia el futuro, con las premisas dadas existirán
problemas formativos y en consecuencia se prevé la dificultad a empleos
estables y con remuneración digna, y la inexistencia de pensiones futuras y demás
ayudas económicas estatales. Así mismo, se ven
truncadas sus posibilidades de acceso a empleos en muchos más ámbitos laborales
en relación con aquellas personas que tienen un mayor nivel formativo.
Los hechos expuestos
anteriormente dan origen a dificultades para acceder a viviendas reguladas por
la ley y en condiciones dignas para llevar una vida normalizada. Estos
impedimentos ocasionan la exclusión de este grupo por parte de la sociedad y a
su vez, su propia exclusión por el sentimiento de minoría y de falta de
oportunidades.
Esta fue una intervención con
la que empatizamos todo el grupo, y sentimos esa injusticia al analizar y
escuchar a las dos partes del problema: el centro educativo y la población
gitana.
Comprobamos que es “la
pescadilla que se muerde la cola”.
En este caso, encontramos las siguientes potencialidades.
·
Existe una actitud receptiva al
cambio por parte del Presidente de Vecinos del bloque de viviendas de La
Algodonera, su familia y algún vecino más tras la toma de contacto con el
colectivo.
·
Las personas mencionadas
anteriormente tienen consciencia del problema y mantienen una actitud
parcialmente crítica y abierta con respecto a las acciones del colectivo.
Consideran la educación como un factor importante para poder sentirse incluidos
en la sociedad y tener un buen futuro, y así no desprestigiar al colectivo
gitano.
·
Implicación por parte del
presidente para establecer lazos con la asociación Ruiz de Luna y hablar con
las demás familias del bloque facilitando así el trabajo a nuestro grupo de
investigación.
Consideramos que un encuentro entre la Asociación de Vecinos
Ruiz de Luna y el bloque de viviendas sería beneficioso para que en el futuro
la Asociación tuviese en cuenta la
situación del bloque de viviendas, la posibilidad de cooperación de cara a una integración
del bloque de viviendas con el resto de vecinos del barrio, así como contribuir
al sentimiento de exclusión de los vecinos de los pisos de protección de la
Algodonera.
Organizamos una jornada de juegos interactivos para los
niños del barrio de Puerta de Cuartos, cerca del bloque de viviendas, con
merienda y animación.
Acudió la concejala
de Participación Ciudadana de Talavera de la Reina, María Victoria González
Viches, la presidenta de la Asociación de Vecinos Ruiz de Luna, Belén; Lali
, expresidenta de la misma, y distintas personas pertenecientes a ella,
presidentes de otras asociaciones de vecinos de la localidad, así como el
presidente de la comunidad del bloque de la Algodonera y varias familias que
participaron en la actividad.
Aprovechamos la jornada para hablar a los padres y madres de
los niños sobre la importancia de la escolarización e ir al colegio, señalarles
los puntos de información y hablar con los niños sobre lo que querían ser de
mayores y la importancia de los estudios para prosperar.
CONCLUSIÓN
Comenzamos analizando
una problemática de absentismo escolar, en la que a medida que íbamos
adentrándonos para entender un poco más, tirábamos del hilo descubriendo una
problemática mayor aún, que concernía a todo el barrio, de la cual todos tenían
idea pero nadie se acercó a comprender, abordar o solucionar, ni siquiera la
trabajadora social del centro.
Por ello remarcamos la
importancia de un trabajo social activo y participativo en el que salgamos del
centro a hacer observación, a entender un poco más a fondo, a hablar con los
usuarios fuera del contexto institucionalizado del despacho.
Es importante tener una
visión holística, no entender las problemáticas como independientes, sino
buscar la conexión que seguramente exista entre unas y otras, sobre todo en un
contexto como es el barrio, en el que todo está interconectado.
Con esta experiencia,
pudimos ver además que “no todo es lo que parece”, por el grato recibimiento
que nos dio la comunidad de vecinos de etnia gitana y su predisposición al
cambio y por todo lo que había latente tras esa el enunciado de “absentismo y
ocupación ilegal de viviendas”.
La comunidad es una
unidad en sí, llena de vida, de la que nos queda aún mucho por trabajar, y con
cuyo trabajo se recogen grandes frutos al final de la intervención. Necesitamos
un ejercicio activo por parte del trabajador social POR y PARA la comunidad,
somos sociales y somos relaciones, somos COMUNIDAD.
FONTEMOS UN EJERCICIO ACTIVO Y LA TOMA DE UN
ROL PARTICIPATI EN EL TRABAJO SOCIAL DE BARRIO Y COMUNIDADES.
Agradecimientos:
Asociación de Vecinos Ruiz de Luna, dedicado
especialmente a Belén y Lali.
Profesoras de la UCLM
Patricia Fernández Montaño y Patricia Fernández de Castro.
Familias del inmueble de la Algodonera, por su implicación y
participación.
David García Moreno y Alba Díaz-Tendero
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