Este video se nutre de los
testimonios espontáneos de compañeros, amigos, familiares y profesores que muy
amablemente, y no sin algún que otro ruego, han decidido colaborar con nosotros
en su elaboración.
Cuando una vez escuché a
mi hermano decir que de toda la elaboración de un medio, corto o largometraje,
lo que más tardaba en realizar era la parte de montaje y edición, no le creí.
Tonta de mi…
Tras muchas grabaciones y
duras horas de montaje y edición, podemos decir que queda concluida y terminada
esta humilde representación audiovisual en la que hemos tratado de plasmar la
realidad de cómo es percibido el trabajo social; recogiendo testimonio, tanto de los
profesionales que la practican, de aquellos que nos la enseñan, de aquellos que
la estudiamos, como de aquellos que se benefician o pueden hacerlo, de ella y
de aquellos otros futuros profesionales, junto a los que algún día, no muy
lejano, tanto mis compañeros como yo, trabajaremos.
Victoria Ramos Saldaña.
3º Grado en Trabajo
Social.
Teniendo en cuenta los conocimientos adquiridos en nuestro trayecto universitario
consideramos que la finalidad primordial del Trabajo Social es desarrollar
todas las capacidades de los individuos promoviendo su autodeterminación,
adaptación y desarrollo donde el Trabajador/a Social lleva a cabo su función
dentro de 3 niveles de intervención: individual, grupal y comunitario. A través
de las funciones que desempeña en cada nivel de intervención trata de prevenir
y evitar conflictos restableciendo el equilibrio tanto emocional como social de
los individuos consiguiendo su mantenimiento.
Además, interviene para promover el establecimiento del servicio donde
realiza sus funciones y en la promoción de políticas sociales justas.
Respecto al perfil profesional que deben tener los Trabajadores/as
Sociales, debemos indicar que parte del concepto de competencia basado en
conocimientos técnicos que engloban la profesión y los cuales determinan las
funciones de la misma. Por ello, el Trabajador/a Social debe tener adquiridos
conocimientos técnicos y las habilidades sociales necesarias para desarrollar
las tareas que se le asignan dentro de un área o sector concreto de
intervención.
No debemos olvidar que el Trabajador/a Social tiene una gran variedad de
funciones y actividades en las que engloba su intervención, dependiendo del
área en el que esté inmersa dicha intervención.
No obstante, además de abarcar diferentes áreas y funciones, nuestra
profesión está enriquecida concretamente de funciones determinadas por su
objeto concreto de intervención y el espacio profesional en el que se desempeñe.
A través de la intervención profesional del Trabajo Social, tal y como
he indicado anteriormente se trata de prevenir o evitar conflictos que pueden
surgir en el individuo, así como en el grupo en el que se encuentre. También,
trata de mantener el bienestar básico del sujeto de intervención, así como,
modificar las posibles necesidades que deriven de este.
Ahora bien, teniendo en cuenta el Código de Ética de la Federación
Internacional de Trabajadores Sociales (FITS, 2012) la definición queda resumida
en lo siguiente:
“El Trabajo Social promueve un
cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el
fortalecimiento y la liberación de las personas para incrementar su bienestar.
Mediante la utilización de teorías sobre comportamiento humano y los sistemas
sociales, el trabajo social interviene en los puntos en los que las personas
interactúan con su entorno. Los principios de Derechos Humanos y Justicia
Social son fundamentales para el trabajo Social”.
Por
tanto, el Trabajador/a Social deberá prevenir y desarrollar aquellas
capacidades que permitan a las personas obtener un bienestar básico y resolver
de forma individual, grupal o comunitaria sus posibles conflictos con el
entorno que le rodea, teniendo en cuenta su capacidad de autodeterminación, es
decir, la capacidad para elegir por sí mismo lo que quieren realizar o no, sin
juzgar por ello sus valores y acciones de la vida, siempre que no pongan en
peligro las capacidades o intereses de otros.
Para
finalizar indicar que aunque el perfil y las funciones del Trabajador/a Social
sean diversas y variadas, en el campo de actuación de nuestra profesión se
interviene significativamente en las necesidades sociales de cualquiera que sea
su sujeto de intervención, es decir, interviene de una forma concreta en
aquellas carencias y deterioro de las necesidades sociales que puedan
perjudicar al individuo, grupo o comunidad para desarrollar una vida digna y un
bienestar social básico.
Bien, teniendo en cuenta lo anterior, las
funciones que realiza el Trabajo social en la sociedad son meramente
importantes, puesto que observar las necesidades carenciales, poner solución y
ayudar a que la sociedad avance tanto moral como socialmente, no es una tarea
fácil. Además la dificultad está envuelta en la finalidad presente en nuestra
disciplina, dado que se dirige a una realidad social concreta y determinada en
cuanto a diferentes contextos y teniendo como característica el cambio social.
Por tanto, el Trabajo Social está inmerso en constante evolución para lograr
actuaciones eficaces y eficientes.
El Trabajador Social ejerce su actuación en
diversos sectores y varios ámbitos de intervención. Cuando hablamos de sectores
nos referimos al conjunto de individuos que al compartir unas determinadas características
comunes conforman un colectivo con el cual trabaja nuestra disciplina. Sin
embargo, cuando hablamos de los ámbitos de intervención en Trabajo Social, nos
referimos a los campos de acción de nuestra disciplina, es decir, los campos de
trabajo en los que esta se desarrolla.
Por otra parte, es importante mencionar la
relevancia que tiene para nosotros los Servicios Sociales puesto que en la
mayoría de los casos, le presta a nuestra disciplina las herramientas o
recursos existentes para cada caso concreto y con ello poder desarrollar las
diferentes funciones para intervenir, teniendo en cuenta, que sin ello sería
muchísimo más complejo lograr el bienestar básico en nuestra sociedad.
Finalmente, no debemos olvidar el fin
último de nuestra disciplina: la autodeterminación, adaptación y desarrollo de
las personas, grupos y comunidades que se encuentran en la sociedad para lograr
la autonomía y bienestar social básico de las personas que lo conforman.
Por lo tanto, hablar de Trabajo Social, no
es una tarea fácil. No significa hablar de caridad ni de concesión de recursos
y ayudas meramente materiales o económicas, sino además, de fomentar un cambio
a través de la participación social y activa de los propios individuos
facilitándoles las herramientas necesarias para ello. Es decir, “no les damos
el pez sino que les enseñamos a pescar”, tomando como referencia el proverbio
chino “regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día; enséñale
a pescar y le alimentarás para el resto de sus días”.
Mª Guadalupe Galeano Hoyas, 3º Grado Trabajo
Social.
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