La crisis, que empezó a ser devastadora
y notoria, a partir del 2008, ha hecho que tuviera lugar la aparición de
numerosos problemas sociales, tales como el desempleo y su alto nivel de
parados en España, especialmente entre los jóvenes, así como la precariedad
laboral, los actuales recortes en materia de Servicios Sociales etc.
Pero, la cara más dramática y más
sentida por la población, como consecuencia de ésta crisis económica, ha sido
la avalancha de desahucios que han empezado a tomar partido en nuestro país,
ocasionando, de ésta manera, el drama de miles de familias.
Se barajan datos tales como los que
ofrecen los Juzgados de Primera Instancia, situando el número de desahucios que
hasta Septiembre de 2012, ha sido de 76.724. Para centrarnos en nuestra
comunidad, Castilla-La Mancha, los datos ascienden a 864, ésta cifra
corresponde hasta el tercer trimestre del 2012 (Colau. A y Alemany. A. (2013, 2).
Con los datos que hemos ofrecido, no
queremos representar cifras, sino hacer visibles los dramas que ocasionan éstos
desahucios. Proponer que, tanto entidades bancarias, como partidos políticos,
sean realmente conscientes de la pérdida de una vivienda para una familia,
recordándoles que el artículo 47 de la Constitución Española de 1978, refleja
el derecho de poder gozar de una vivienda digna y adecuada, y, también, el
artículo 25.1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Han de entender que llevar a cabo un
desahucio no solo es privar a la familia de su hogar, sino que también están
contribuyendo a su disgregación como núcleo, ya que la unión que conforman en
su vivienda es un nexo muy importante. Afrontar para una familia un desahucio
supone enfrentarse a un vacío, incluso a un sentimiento de vergüenza ante su
comunidad, a un sentimiento de fracaso ante sus familias, incrementado con la
soledad que estos sienten.
Las familias desahuciadas no saben dónde
acudir, ya que existe una gran descoordinación cuando el desahucio se ha
llevado a cabo. Desconocen los recursos existentes para ser ayudados o guiados,
obviando incluso las plataformas sociales que cooperan para paliar ya sean las
consecuencias o el propio desahucio en sí.
Frente a éste conflicto que se ha
generado, la Unión Europea se ha pronunciado, denominado la Ley Hipotecaria
Española como abusiva, a lo que los partidos políticos deberán responder…
Pese a que a ciertos niveles se intente
camuflar la palabra “desahucio” y sus sinónimos, como “alzamiento”, “desalojo”
y pérdida o privación de la vivienda”, y aunque el léxico español es muy rico
en sinónimos, estos no cambian la realidad existente en nuestro país. ¿Cómo se
puede denominar, si no es de esta manera, a la retirada del hogar a una familia?
No queramos poner palabras de algodón a una áspera realidad social. Si de
verdad importa el drama social cooperemos conjuntamente para mitigar esta
situación.
No prioricen en salvaguardar el sistema
económico; este es un mecanismo movido por personas y son estas las que en
realidad importan. Somos un engranaje, no dejemos olvidados a los eslabones que
a causa de este mecanismo económico se han visto descolgados del sistema,
colaboremos en integrarlos de nuevo en el mecanismo, o más bien deberíamos de
cambiar a éste… pero esto sólo se logrará con una conciencia social colectiva,
y es donde resulta imprescindible la labor de los trabajadores sociales.
Por ello, la labor que deberían
desempeñar los profesionales de Trabajo Social, de acuerdo a la situación
económica y social que está aconteciendo en nuestro país, será la de acercar
posturas y crear una conciencia social con el fin de lograr una cohesión
social, en la que prime cubrir las necesidades sociales.
Por esto reivindicamos la importancia de
la función de los trabajadores sociales en diferentes ámbitos; el trabajador
social no sólo tiene una labor de ayuda
hacia los colectivos desfavorecidos, sino que también puede y debe dotar a la
sociedad de capacidades y habilidades para colaborar y contribuir a un
bienestar social. Contribuir a un bienestar social que durante mucho tiempo ha
sido un gran hito, que se logró gracias a una gran conciencia social, que hoy en día se está desintegrando.
González
Stéfani, Gerardo
Martínez
Vitoria, María José
Navas
Glembotzky, Teresa
14
de Marzo del 2013.
Universidad
de Castilla-La Mancha. Trabajo Social
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