Obviamente el recorrido que se ha ido logrando es de gran
relevancia desde el primer año que se conmemora el día internacional de la
mujer el 8 de Marzo 1975, y reconocido
internacionalmente desde 1977. (Datos ONU)
Con una mirada retrospectiva podemos ver que los avances son
grandiosos, la reivindicación de la mujer por tener la igualdad respecto al
hombre en todos los ámbitos tanto personales como profesionales y lograr la
igualdad en la representatividad en las esferas tanto sociales como políticas.
De gran importancia fueron los movimientos creados por mujeres a favor del sufragio, que reivindicaban
el derecho a voto, allá por mediados del siglo XIX, fue un acontecimiento
trascendental y muy valioso, unido a la lucha por alcanzar la igualdad respecto
al hombre y además lucharon en contra de
la opresión de la época en todas las esferas en las que estaba la mujer tanto
familiar, laboral y social.
A pesar de alcanzar infinidad de derechos, como es el del
voto, un logro altamente significativo,
aún hoy se sigue luchando, por lo
que una vez se comenzó en épocas más remotas, la IGUALDAD entre hombres y
mujeres.
Seguimos sin poder
alcanzar algunos derechos plenamente, y
sobre todo hay un lastre muy significativo en nuestras sociedades que es el de
los roles mal entendidos. Los roles que por tradición se han asignado a cada
sexo, esos roles que aún hoy siguen pesando sobre las mujeres del siglo XXI,
esos que estipulan preconcebida-mente lo que debería de desempeñar la mujer y
el hombre, y son estos lastres que aún se mantienen los que nos impiden seguir
avanzando, los que nos impiden alcanzar con plenitud lo que se ansia… una
palabra que aún parece algo utópica de alcanzar en plenitud la IGUALDAD, entre
hombres y mujeres.
Y no por ello quiero dar una imagen pesimista en este día
sino, hoy día internacional de la mujer, reivindicar aún más fuerte si cabe la
necesidad no solo de alcanzar los hitos imprescindibles, como son la igualdad
de derechos entre hombres y mujeres, sino también hacer un especial énfasis en
lo que a mí parecer es fundamental, la educación en igualdad, inculcar a
los más pequeños la igualdad entre ambos sexos, porque son estos niños los que
conformarán nuestras sociedades y son ellos los que deben de reconstruirla, y
colaborar con la destrucción de estos roles de la mujer mal entendidos.
Esos roles que aún hoy la sociedad espera de la mujer… “la mujer casada, ama de casa que cuide a
sus hijos, y si esta en el trabajo automáticamente se piensa… y sus pobres
niños solos en casa y descuidados como si el cuidado de estos dependiera de
ella en exclusiva…”
Aunque el rol de la mujer, es verdad, ha ido evolucionando y cambiando, debido a que
la mujer ya no solo es educada para casarse y tener hijos, sino que estas
poseen una gran representatividad en el ámbito académico, pero sin llegar a
conseguir la gran representatividad laboral ya que aún existe una brecha entre
los hombres y las mujeres de unos 11.7 puntos, en las edades de 25 a 54 años,
en detrimento de las mujeres, esta puntuación se incrementa cuando aumenta
también la edad. (Fuente Encuesta Población Activa EPA)
Por ello y como futuros trabajadores sociales que seremos
debemos de concienciarnos de la gran importancia que tiene la educación para
la igualdad entre ambos sexos, y que es imprescindible trasmitirla a los
más pequeños ya que con esperanza serán los que conformen una sociedad más
justa, más solidaria y más igualitaria en un futuro.
FELIZ 8 DE MARZO DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA.
Teresa Navas Glembotzky
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